miércoles, 24 de octubre de 2007

Programa Radial



Estructura de un programa radial




No hay una norma establecida que permita decir de tal o cual manera se estructura un programa radial y menos aún hoy, cuando la creatividad del radialista sobrepasa la imaginación y las barreras han pasado de ser físicas a mentales.


La imaginación, elemento clave para el discurso radial, abre múltiples posibilidades para el encuentro diario con el oyente. Entonces, lo mejor es pensar en una estructura flexible, con diversas formas de iniciar el programa, diferentes saludos y cierres, recursos, formas de abordar al oyente, recibir o despedir la intervención telefónica, enviar a comerciales, presentar canciones, etc.


La estructura no es una camisa de fuerza; es la posibilidad de tener pre-establecido el trabajo a realizar. La estructura grafica el programa, ubica en el manejo de recursos, un mejor uso del tiempo al aire, etc.


Cualquiera que sea el formato requiere una alta dosis de imaginación. No es aconsejable atar un programa a una estructura porque simplemente si. Hay que atarlo a la posibilidad del cambio. ¡Lo que no cambia no es susceptible de mejorar!


Hechas las aclaraciones anteriores, se presentan algunos lineamientos básicos, estructuras y lenguaje que cualquier radialista debería conocer.


Un programa- cualquiera que sea – suele tener Inicio, nudo y desenlace.


Los inicios más comunes, suelen dar su primer paso desde el cabezote.


1. Cabezote: El cabezote no se hace en directo. Es un trabajo de 15 o 20 segundos hecho cuidadosamente. La música, la locución y los efectos no son puestos al azar. Este puede ser un trabajo dispendioso, pero, vale la pena, pues será lo primero que escuchen sus oyentes y de él, dependerá gran parte de la decisión de si se quedan, cambian o en el peor de los casos apagan el radio. En su contenido, el productor de manera ágil y en corto tiempo presenta una mirada general del espacio radial, de tal forma que el oyente sepa que tipo de producción está a punto de empezar. El cabezote suele mencionar el nombre del programa, horarios de emisión, el medio de comunicación a través del cual se emite, y en ocasiones el nombre del director o conductor. Para el caso de las series radiales, se identifica el capítulo y productor.


Saludo inicial: ¡Que difícil escuchar nuevas formas de saludar! Existen programas con 8, 10 o más meses al aire, y los oyentes deben soportar la repetición de la repetidera. Para la muestra… Buenos días amigos oyentes, amable audiencia, queridos amigos, que gusto que estén con nosotros, hoy con un programa muy especial, con invitados muy especiales, estamos seguros el programa será de su agrado, que bueno que nos acompañen… en fin, un discurso masticado que perdió la dulzura de la imaginación. A veces, el tiempo no permite generar una nueva forma de pensamiento, un cambio de palabras, una entrada que vincule dos o tres componentes del discurso radial.


¡La imaginación en radio no se puede marchitar! Debe florecer como una posibilidad distinta a entrar con una cortina y locutor que repite, que se hace eterno con las mismas palabras, tono, ritmo, en fin…


Recurso sonoro: suele utilizarse para refrescar el programa de la oralidad que le es propia a la radio, pero de la cual se suele abusar. El recurso sonoro constituye un descanso para el oyente y un deseo de querer seguir escuchando.


2. Desarrollo de la temática: Hay locutores que estiran las palabras, le dan miles de vueltas a las ideas y por eso, siempre se quejan de que el tiempo no les alcanza. Valdría la pena escuchar el programa emitido y revisar que tan directo ha sido y si sus opiniones son retomadas más adelante pero con otras palabras. Es decir, verificar cuan repetitivo ha sido.


3. Despedida o cierre: al igual que la entrada, también puede hacerse de manera distinta al simplismo de… hasta una próxima emisión, hasta la próxima semana, gracias por habernos acompañado, etc, etc.

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